
Es una realidad desgarradora que la población de animales callejeros y maltratados está en aumento. Lamentablemente, hoy me encontré con un incidente que me dejó destrozado. Una criatura indefensa fue arrojada por encima de la valla, retorciéndose de dolor y sin poder ni siquiera sentarse con la espalda recta. Esto nos lleva al punto, ¿qué podría obligar a un ser humano a cometer actos tan despreciables?

Ya es difícil ver perros y cachorros callejeros deambulando por las calles, pero para colmo, ciertos individuos sienten la necesidad de “ayudarlos” dejándolos afuera de pequeños refugios. Esta situación es bastante complicada, particularmente cuando se tiene en cuenta que otros están presentando quejas contra estas personas útiles.

Hoy fue como cualquier otro día cuando vi a un cachorro pobre y enfermo en el refugio. Parecía que había tenido una caída desagradable y no podía sentarse, gimiendo de dolor mientras luchaba con problemas respiratorios. Sin más dilación, comencé a tratarlo administrándole hidratación mediante infusión y dándole antibióticos.

Mientras cuidaba a un cachorrito, apareció una mujer con otro que gozaba de buena salud. Explicó que no quería dejarlo en la calle ni tirarlo. Afortunadamente, el cachorro tenía bastante hambre y comió hasta saciarse.

Observar el cruel maltrato de criaturas indefensas es un espectáculo angustioso. Tenemos la responsabilidad de brindarles el cariño y el cuidado que se merecen, como mínimo. Es crucial crear conciencia sobre la tenencia ética de mascotas y la importancia de esterilizar y castrar a las mascotas para evitar más casos de abandono y negligencia.

Es crucial abogar por leyes y castigos más estrictos para aquellos que dañan a los animales. Al trabajar juntos, podemos generar un impacto positivo y garantizar un futuro mejor para nuestros amados animales de compañía. Si encuentra valioso este mensaje, por favor dele un pulgar hacia arriba y compártalo con sus seres queridos.