
Hay quienes aprecian a sus compañeros peludos en las buenas y en las malas, pero también hay personas que solo toman mascotas con el propósito de divertirse y luego las descartan sin piedad una vez que se vuelven menos útiles. Es difícil de entender, pero estas personas insensibles se pueden encontrar en todo el mundo.

Érase una vez un pastor alemán que tenía una familia a la que creía pertenecer. Lamentablemente, su familia lo abandonó cuando envejeció y quedó paralítico, y no lo trataban mejor que a la basura. El perro mayor se quedó solo en su antigua casa, sufriendo varios problemas de salud y con el corazón roto después de que se mudaron. Afortunadamente, Gianna Serena Manfredi y otros amables voluntarios de la Asociación Qua La Zampa lo encontraron cerca de Bitonto, Bari, Italia y lo llamaron Corazón.
A pesar de sus problemas de columna y de oído, así como de la parálisis de sus patas traseras, Heart se mantuvo fuerte e independiente. Él era un luchador. Para asegurarse de que recibiera el amor y la atención que se merecía, Gianna y un grupo de mujeres formaron “Las Madres Remotas” para turnarse para cuidarlo. Heart estaba agradecido por el amor que recibió en sus últimos días, pero desafortunadamente, esta felicidad duró poco, ya que solo pudo pasar un año con ellos.

A medida que se acercaban sus últimos momentos, Gianna tomó la decisión de acompañarlo en su último viaje al océano. La experiencia fue poco menos que increíble.

Gianna escribió sobre su experiencia en el mar y la describió como hermosa. Sintió el viento acariciando sus oídos y las olas golpeando contra las rocas. El sonido del mar proporcionaba un ambiente de paz en la quietud del invierno. Gianna encontró la experiencia muy relajante y casi se quedó dormida, olvidándose del dolor de ser abandonada por aquellos que la amaban poco, los dolores físicos que estaba sintiendo y el dolor de no poder correr con un cachorro persiguiendo una piedra.

