Nuestro equipo recibió un informe preocupante sobre un perro varado llamado Nika, que quedó en un estado terrible en un área aislada. No perdimos tiempo y rápidamente nos dispusimos a salvarla. Aunque ya era de noche cuando llegamos al lugar, nos sentimos aliviados al descubrir a Nika. Al principio, estaba asustada y vacilante con nosotros, pero logramos calmarla con una breve charla. Era evidente que estaba en una inmensa agonía y había sufrido fracturas en las piernas.

Fue todo un desafío transportar a Nika al vehículo, pero nos aseguramos de brindarle toda la ayuda que necesitaba. Hicimos todo lo posible para programar una cita especial con nuestro veterinario para que pudiera recibir una atención de primer nivel. Afortunadamente, los resultados de sus análisis de sangre fueron buenos y nos permitieron llevarla a casa después de estar 24 horas. Aunque no hubo fracturas, Nika aún necesitaba tiempo para recuperar su capacidad para pararse. En nuestro refugio, el comportamiento de Nika fue impecable. Su apetito mejoró hasta el punto en que podía comer sola. Inicialmente, dudaba y pidió permiso para comer, pero finalmente, comenzó a comer sola. Después de siete días de caminatas cortas para desarrollar sus músculos, notamos una mejora significativa en la condición de Nika.

La nueva prueba de Nika mostró que iba en la dirección correcta, lo cual fue una gran noticia. Había estado comiendo mucho y pasando más tiempo jugando, los cuales eran signos positivos. Si bien aún había progreso por hacer, nos comprometimos a apoyarla en cada paso del camino mientras continuaba avanzando.

Unamos fuerzas para apoyar la curación de Nika. Este amigo peludo no merece más que amor y atención. Su viaje es un testimonio de la resiliencia y la perseverancia de los seres vivos frente a los desafíos. Estamos comprometidos a hacer lo que sea necesario para garantizar el bienestar y la alegría de Nika en los próximos años. ¡No olvides correr la voz y difundir el amor compartiendo esta conmovedora historia con tus seres queridos!