En las verdes extensiones de los Ghats occidentales de la India, el Karvi, o Strobilanthes Callosus, emerge como una rareza botánica. Esta maravilla floral, que despliega sus pétalos una vez cada octeto de años, envuelve las laderas en un fascinante tono azul violeta. El cultivo de Karvi tiene dos propósitos: anclar firmemente el suelo para prevenir la erosión y proporcionar un dosel de sombra para la flora vecina.
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Igualmente esquivo, el neelakurinji, conocido científicamente como Strobilanthes Kunthiana, adorna los Ghats occidentales con sus eflorescencias de color púrpura azulado cada doce años, creando un espectáculo visual. Sus flores no sólo cautivan la vista sino que también albergan virtudes curativas, ofreciendo remedios para dolencias como el resfriado común, las afecciones febriles y la dificultad respiratoria.