En la ciudad de Kitakyushu, Japón, nos atrae un espectáculo encantador conocido como el Túnel Wisteria. Esta fascinante exhibición se compone de enrejados envueltos en enredaderas de glicina, que juntas crean un dosel etéreo inundado de tonos violeta y rosa.
Pretoria, celebrada como la Ciudad de las Jacarandás, desvela sus majestuosas avenidas coronadas de jacarandás. Cada primavera, estas calles se transforman en una radiante extensión de flores índigo.
En Aomori, Japón, el parque Hirosaki se convierte en un lugar de belleza etérea durante la temporada de floración de los cerezos. Sus senderos, bajo el hechizo del Túnel Sakura, están bordeados por delicados tonos de flores rosadas y blancas.
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Provenza, Francia, es sinónimo de sus icónicos campos de lavanda. Al atravesar estos campos, uno está rodeado por un fragante mar de color púrpura, pintando una vista pintoresca que cautiva los sentidos.
En Gyeongju, Corea del Sur, el Festival anual de los Cerezos en Flor destaca la famosa Calle de las Flores, adornada con cerezos que arrojan pétalos de rosa en cascada sobre los visitantes.
El paisaje toscano en Italia está salpicado de vastos campos de girasoles durante el verano, presentando un cuadro alegre y vívido.