En el tapiz de la cultura estadounidense, tan icónico como la pirotecnia en pleno verano, la selección de flores oficiales del estado rinde homenaje a la rica variedad botánica de esta nación. Esta tradición tiene su génesis en el año 1893 durante la Exposición Universal de Chicago, donde se extendió una invitación a cada estado para seleccionar un representante floral para una guirnalda nacional. Para Kansas, el girasol fue una elección natural, ya que simboliza un futuro radiante. Sin embargo, en otras regiones, el proceso de selección provocó intensos debates mientras los estados luchaban por llegar a un consenso sobre una sola flor. En escenarios muy disputados, los cuerpos legislativos a veces buscaban la experiencia de los botánicos o las preferencias de los jóvenes académicos.
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Por ejemplo, en Colorado, la decisión recayó en la aguileña de las Montañas Rocosas, y en Rhode Island, en la violeta, gracias a la influencia de los escolares. La mayoría de las selecciones son especies nativas, que florecen en la naturaleza o como trasplantes familiares, integrándose perfectamente en sus nuevos hábitats. Muchas de estas flores también son ejemplares para los jardines, prosperan con un cuidado mínimo e infunden a cualquier espacio un aire americano sin esfuerzo.